Las organizaciones a menudo se enfrentan a una importante brecha entre estrategia y ejecución que provoca la pérdida de oportunidades y obstaculiza el crecimiento. Esta desconexión surge de un fallo en el liderazgo a la hora de equilibrar las ambiciones estratégicas con una ejecución eficaz. Esta brecha persistente socava la adaptabilidad y la innovación, poniendo en peligro el éxito a largo plazo.
Nuestro proceso de diseño de la estrategia consta de tres etapas que combinan creatividad y rigor para potenciar el éxito estratégico. Tras realizar un diagnóstico inicial, comenzamos con una reunión introductoria en la que presentamos a su equipo directivo nuestro marco de diseño, basado en cinco preguntas clave:
En la segunda fase, su equipo define el problema estratégico, enmarca las opciones y genera posibilidades. Para cada posibilidad, redactamos una cascada de estrategias, especificamos las condiciones que deben cumplirse para el éxito, identificamos posibles barreras y diseñamos pruebas para evaluar dichas barreras.
En la última fase, su equipo analiza los resultados de las pruebas para tomar una decisión estratégica y perfecciona la cascada de estrategia. Por último, colaboramos en la elaboración de un plan de comunicación para la nueva estrategia y ayudamos a identificar las capacidades y sistemas de gestión necesarios para garantizar una aplicación eficaz de la estrategia en todos los niveles de la organización.
Nuestro Modelo 6D guía a los clientes a través de un recorrido de proyecto claro y eficaz, en el que cada fase se basa en la anterior. Aunque siempre adoptamos una visión holística de su organización, el marco se centra en una de nuestras cuatro áreas principales en cada fase, lo que garantiza el alineamiento con sus objetivos al tiempo que permite flexibilidad para realizar ajustes en función de nuevos conocimientos, retos u oportunidades.
Nuestro modelo hace hincapié en el diseño de la estrategia, ayudándole a elaborar un plan coherente, seguido de la ejecución de la estrategia para llevar ese plan a la práctica. Además, incorporamos el diseño organizativo para alinear su estructura con sus objetivos estratégicos. Por último, nuestro enfoque incluye la medición del rendimiento, proporcionando métricas significativas para evaluar el progreso y el éxito.
Empezamos por definir claramente lo que significa el alto rendimiento para su organización. Esta fase establece una base sólida mediante la identificación de sus objetivos, retos y criterios para medir la excelencia en el rendimiento.
En esta fase, evaluamos cómo se traduce actualmente su estrategia en acciones. Esta evaluación señala sus puntos fuertes y revela cualquier brecha entre su rendimiento actual y los resultados estratégicos deseados.
A partir de la información obtenida en la fase de descubrimiento, diseñamos una hoja de ruta estratégica personalizada. Esta hoja de ruta abarca iniciativas sobre capacidades organizativas, desarrollo de personal, liderazgo y medición para impulsar una ejecución eficaz.
El desarrollo es la fase en la que los planes se convierten en acciones. Aquí nos centramos en crear un diseño organizativo coherente que se alinee con su estrategia y sus capacidades. Trabajamos junto a su equipo para crear los procesos, métricas y capacidades necesarios para una implementación de la estrategia eficiente y eficaz.
Mediante el uso de indicadores significativos, supervisamos y evaluamos el impacto de las estrategias implementadas sobre el rendimiento, realizando los ajustes necesarios para garantizar no sólo la consecución de los objetivos, sino también la mejora continua y la sostenibilidad.
Supervisamos y evaluamos el impacto de las estrategias aplicadas en el rendimiento, ajustándolas según sea necesario para garantizar no sólo la consecución de los objetivos, sino también la mejora continua y la sostenibilidad.