Mantenerse a la cabeza

¿Se ha preguntado alguna vez cómo algunas organizaciones parecen mantenerse por delante sin esfuerzo?

Aunque son muchos los factores que contribuyen al éxito, hay un elemento que destaca entre las organizaciones de alto rendimiento: la medición significativa del rendimiento. Una buena medición del rendimiento no consiste en ahogarse en datos, sino en ganar en claridad, en saber exactamente cómo es el éxito de su organización y lo cerca que está de conseguirlo.

Esta claridad se consigue estableciendo objetivos claros, medibles y significativos y conociendo los pasos para alcanzarlos. Este enfoque simplifica la toma de decisiones, alinea a sus equipos bajo una visión común y le proporciona un mayor retorno de la inversión.

También descubrimos que medir de forma significativa consiste en centrarse en lo que realmente importa. Se trata de diseñar las métricas adecuadas, saber qué impulsa a su organización y centrar su atención en ello. Es mucho más que cifras: se trata de conocimientos que conducen a la acción.

Como consecuencia, podemos empezar a medir e impulsar el rendimiento de una forma que transforme el potencial de su organización en alto rendimiento para mantenerse a la cabeza.

Así pues, ¡hagamos que cada esfuerzo cuente!