Cuando una organización está desalineada, puede llevar a la frustración de los empleados, mala comunicación, distribución ineficaz de los recursos, disminución de la competitividad, despilfarro de recursos y disminución de la productividad. Estos dilemas suelen requerir ajustes en la estrategia, los procesos, la estructura, los sistemas y los comportamientos para lograr resultados óptimos. Esta es la esencia del diseño organizativo.
Nuestro proceso de diseño organizativo consta de dos fases clave: un diagnóstico organizativo detallado seguido de una fase de diseño colaborativo. La fase de diagnóstico es crucial para comprender los retos y oportunidades de su organización antes de proponer soluciones de diseño.
Comenzamos el diagnóstico del estado actual de su organización centrándonos en las necesidades de las partes interesadas y en los resultados reales. A continuación, examinamos la cultura, los sistemas de gestión (los procesos, la estructura, las personas y las recompensas), las capacidades organizativas y el estado de su estrategia actual.
La fase de diseño colaborativo se centra en alinear todos los elementos organizativos con la estrategia y las capacidades deseadas, abordando al mismo tiempo las creencias, valores y comportamientos subyacentes que pueden obstaculizar el rendimiento. A lo largo del proceso, nos aseguramos de que su organización se mantenga adaptable y receptiva a su cambiante ecosistema externo.
Nuestro Modelo 6D guía a los clientes a través de un recorrido de proyecto claro y eficaz, en el que cada fase se basa en la anterior. Aunque siempre adoptamos una visión holística de su organización, el marco se centra en una de nuestras cuatro áreas principales en cada fase, lo que garantiza el alineamiento con sus objetivos al tiempo que permite flexibilidad para realizar ajustes en función de nuevos conocimientos, retos u oportunidades.
Nuestro modelo hace hincapié en el diseño de la estrategia, ayudándole a elaborar un plan coherente, seguido de la ejecución de la estrategia para llevar ese plan a la práctica. Además, incorporamos el diseño organizativo para alinear su estructura con sus objetivos estratégicos. Por último, nuestro enfoque incluye la medición del rendimiento, proporcionando métricas significativas para evaluar el progreso y el éxito.
Empezamos por definir claramente lo que significa el alto rendimiento para su organización. Esta fase establece una base sólida mediante la identificación de sus objetivos, retos y criterios para medir la excelencia en el rendimiento.
En esta fase, evaluamos cómo se traduce actualmente su estrategia en acciones. Esta evaluación señala sus puntos fuertes y revela cualquier brecha entre su rendimiento actual y los resultados estratégicos deseados.
A partir de la información obtenida en la fase de descubrimiento, diseñamos una hoja de ruta estratégica personalizada. Esta hoja de ruta abarca iniciativas sobre capacidades organizativas, desarrollo de personal, liderazgo y medición para impulsar una ejecución eficaz.
El desarrollo es la fase en la que los planes se convierten en acciones. Aquí nos centramos en crear un diseño organizativo coherente que se alinee con su estrategia y sus capacidades. Trabajamos junto a su equipo para crear los procesos, métricas y capacidades necesarios para una implementación de la estrategia eficiente y eficaz.
Mediante el uso de indicadores significativos, supervisamos y evaluamos el impacto de las estrategias implementadas sobre el rendimiento, realizando los ajustes necesarios para garantizar no sólo la consecución de los objetivos, sino también la mejora continua y la sostenibilidad.
Supervisamos y evaluamos el impacto de las estrategias aplicadas en el rendimiento, ajustándolas según sea necesario para garantizar no sólo la consecución de los objetivos, sino también la mejora continua y la sostenibilidad.